Una provocación a la vida
Don Giussani/Viterbo 1977Con motivo de un encuentro nacional de profesores de Comunión y Liberación, en Viterbo en agosto de 1977, don Giussani hizo una intervención aún actual sobre la recuperación de un movimiento educativo en la escuela. Publicamos un fragmento
El punto de partida verdadero debe renovarse todos los días: ésta es nuestra genialidad, nuestra fuerza. El origen es una presencia que se impone. El origen es una provocación, pero no al "cerebro"; muchos pueden venir con nosotros por una provocación ideológica, política, social, de compañía, pero si no superan este nivel, no pertenecen.
Todo es ocasión, es contexto en el que actúa la verdadera provocación.
Pero el origen verdadero es una provocación a nuestra vida; lo que no es provocación a la vida nos hace perder tiempo, energía y nos impide la verdadera alegría.
La provocación a la vida es siempre una promesa: la gran provocación que Dios ha hecho al hombre en la historia de la revelación es la Promesa, la Alianza.
Nosotros hemos tenido una ventaja, y es nuestro único mérito, que no hemos tenido la risa de Sara cuando, en aquella misteriosa y estupenda página del Génesis 18, los tres que hablaban como una sola persona, por agradecimiento a toda la premura tenida por Abraham, dijeron: "Vendré el año próximo y tu mujer octogenaria tendrá un hijo". Ha habido una raíz de ingenuidad y de simplicidad, que el Evangelio llama pobreza de corazón, que nos ha hecho percibir y nos ha hecho adherir a esta provocación.
(El texto completo si encuentra en Educar es un riesgo, 1995)