También la izquierda llora a don Gius
No la llaméis “fascinación teocon”, porque sería algo forzoso. Y además arruinaría la belleza de un funeral que ha sido una fiesta serena. La muerte como el paso a otro nivel, como el acto más auténtico de una vida extraordinaria. La de don Gius, de don Giussani. Pero es indudable que en la corriente dominante de la izquierda italiana algo han provocado la muerte de este pequeño cura de Desio y la contemporánea enfermedad del Papa. De hecho, bastaba estar ayer en el Duomo, o fuera de él, para leer de este modo el funeral dulce y sereno de don Giussani: gente de todo tipo y de todo el mundo a la intemperie, y no sólo pueblo ciellino. Gente por ejemplo con La Repubblica en el bolsillo (y un par de ellos también con Il Manifesto). (...) El funeral de don Gius puede leerse también así. Como una gran “plaza” mental que se desencuaderna de modo imprevisto hacia la izquierda y que libera el pensamiento, deja caer certezas. Induce a excavar. Y nadie como el cura de Desio podía hacer esto, con su capacidad de unir historias diversas, culturas y tradiciones en las antípodas. Tanto, que ayer el Duomo parecía un Panteón, religioso y laico a la vez. Naturalmente hablamos de un atractivo que puede incluso enrojecer a quien está acostumbrado a una fe menos expuesta.