Universidad La Sapienza, otra vergüenza para Europa
Los Papas han podido hablar en cualquier lugar del mundo (Cuba, Nicaragua, Turquía, Marruecos, etc.). El único lugar donde no puede hablar el Papa es la Universidad de La Sapienza de Roma.
Esto pone de manifiesto dos hechos preocupantes:
1) la responsabilidad de un gobierno de la Unión Europea que es incapaz de garantizar que un Jefe de Estado y guía espiritual de mil millones de personas pueda expresarse. Grupos minoritarios, en cambio, encuentran apoyo incluso en instancias institucionales para impedir lo que la inmensa mayoría de la gente espera y desea.
2) la decadencia cultural de muchas universidades europeas. Ese es el origen de este caso, en el que las autoridades ceden ante los intolerantes, ante los que impiden violentamente la apertura de la razón y el diálogo que caracteriza la verdadera vida universitaria.
Como ciudadanos de un país de la Unión Europa y como católicos consideramos muy grave lo ocurrido y compartimos el dolor de Benedicto XVI, al que nos sentimos aún más unidos, porque reconocemos en él al defensor de la razón y de la libertad- en virtud de su fe-.